¿Alguna vez has visto un espejismo? Pues el valle del Draa es lo más parecido, pero... ¡siendo real! Son más de 100 kilómetros de frondosa vegetación a las puertas de desierto del Sáhara que lo convierten en uno de esos lugares insólitos que sí o sí hay que ver en Marruecos. Visitar este edén es pasear entre enormes palmerales disfrutando de la sombra antes de lanzarse a surfear las dunas del desierto. Es comerse unos ricos dátiles mientras recorres las orillas del río Draa y te remojas los pies, y es adentrarse a visitar las kasbahs que custodiaban el valle: auténticas fortificaciones hechas de adobe que aun conservan sus torres almenadas y adornos de ladrillo. ¿Te vienes a recorrer un espejismo real?
"Un recorrido de lo más sinuoso entre Ouarzazate y las puertas del desierto que se han convertido en un verdadero oasis"
Viajar al Valle del Draa es conocer un lugar tan exótico que cuesta creer que está en Marruecos, todo un milagro de la naturaleza en medio del árido paisaje del desierto y un paraíso para los amantes del trekking más intrépidos. Podrás caminar desde el interior de las montañas de Alto Atlas hasta la inmensidad del desierto mientras admiras un paisaje que te regala mil colores de un solo vistazo. Recorrer el último lugar con vida antes del Sáhara suena bien, ¿no?