Viajar a Medenine es viajar a “dos ciudades” como bien dice su nombre. ¿La razón? Este enclave a mitad de camino entre Djerba y Libia está dividida por un río. En su lado este es donde encontrarás el ksar, formado por ghorfas, antiguos graneros que en la actualidad albergan tiendas de artesanía alrededor de las plazas. Al pasear entre las ghorfas podrás sentirte como un auténtico bereber o soñar como en una de las películas de Star Wars, pues esta es otra de las localizaciones tunecinas en las que se rodaron algunas escenas.
"Descubre por qué los ksar son auténticos “castillos del desierto”"
Junto a esta ciudad está la laguna Bibane Bhiret donde, a pesar de su 49% de salinidad, encontrarás un ecosistema de lo más fascinante, plagado de algas rojas y arrecifes de un tipo de esponja -la ircinina- que pueden llegar a abarcar los 2 metros cuadrados. Porque sí, viajar a Medenine no es solo un paseo por una muestra de la forma ingeniosa de salir adelante en el desierto durante la antigüedad. Descúbrelo tú mismo cuando viajes a Túnez y siéntete como un morador de las arenas.