Cuenta la leyenda que el Nido del Tigre, también llamado Taktshang, se construyó en el mismo lugar al que llegó volando el Gurú Rinpoche, quien llevó el budismo tántrico hasta Bután a lomos de su amada transformada en tigresa. Desde mucho antes de llegar al monasterio, el sendero que lleva hasta él te dejará con la boca abierta por los colores del bosque que se entremezclan con los de las banderas de plegarias de los fieles. Un molino de agua con cilindros de oración y un montón de monasterios serán tu paisaje durante tu ascenso.
"Según el dicho popular, este monasterio se agarra como un lagarto al acantilado y al corazón de los que lo ven."
Este monasterio se construyó en el siglo XVII en el mismo lugar donde se dice que meditó el Gurú Rinpoche, considerado el Segundo Buda en Bután y el Tíbet, y alcanzó nada menos que ocho encarnaciones. Es por eso por lo que en Bután se veneran formas fálicas y que hasta se puedan ver pintadas en algunas de las casas. Porque sí, disfrutar con una visita al Nido del Tigre no es solo contemplar la cueva del gran gurú, sino respirar el aire puro de sus senderos, alucinar con la cascada oculta en el último tramo o maravillarse con templos como el de la Cueva del León de Nieve. ¿Te vienes a recorrer uno de los parajes más bellos de Bután?