Trogir es una ciudad tan especial que se divide entre el continente y una isla, la de Čiovo, por eso podrás perderte desde sus calles hasta sus aguas, pasando por el puente que une sus tierras y disfrutando de todo lo que hay que hacer en esta ciudad medieval. Su arquitectura barroca y renacentista llama la atención en cada esquina y hace que pasear por su casco histórico sea como trasladarse a la Edad Media: sus callejuelas y patios empedrados se entrelazan y culminan en edificios tan emblemáticos como la Iglesia de San Lorenzo, cuya torre se divisa desde todo Trogir.
“¿Sabías que esta ciudad medieval está unida a la tierra únicamente por dos puentes?”
Otro de los grandes puntos de interés de este enclave histórico es su castillo custodiado por la fortaleza de Camerlengo que transporta a la época veneciana y regala unas de las mejores vistas de la ciudad. Pero ¡no te olvides de darte un buen chapuzón! Además de visitar todo lo que hay que ver en esta bonita ciudad, las aguas cristalinas de la costa croata piden un baño a gritos: practicando el buceo, subiéndose a lomos de una moto acuática o remando en una canoa… Porque sí, la vida marina aquí es un imprescindible.