Viajar a Helsingør es descubrir una ciudad portuaria cuyo centro está todavía formado por casas de estilo medieval y pintadas de miles de colores. Sus calles empedradas tienen mucho encanto. Las más céntricas albergan restaurantes, bares y tiendas de licores y ¡tienen muy buen ambiente! ¡En el centro suele haber un mercadillo de segunda mano! El Castillo de Kronborg es un monumento icónico de Helsingør, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad, por el que pasear es respirar historia y arte.
“¿Sabías que Shakespeare se inspiró en el Castillo de Kronborg para su obra Hamlet?”
Toma nota porque una visita al Museo Nacional Marítimo no puede faltar. Tiene una increíble arquitectura, que ha sabido aprovechar las paredes originales del muelle y construir bajo tierra este lugar único y completamente adaptado. Sus formas imposibles, rampas en zigzag y formas puntiagudas ¡son todo un espectáculo arquitectónico! Por eso, visitarlo es una experiencia única. Admirar las más de 20.000 especies del Acuario de Oresund, uno de los más grandes de Europa, es impresionante. Pirañas, peces globo y tiburones nadarán dentro de este edificio de formas imposibles construido en aluminio. ¿Te animas a conquistar el Castillo de Helsingør en Dinamarca?