El tiempo se detiene al mirar al horizonte y contemplar una costa dibujada entre acantilados y verdes praderas, ¡en uno de los paisajes más impresionantes de toda Irlanda! Y, precisamente, elegir en un país tan lleno de maravillas no es tarea fácil. No podrás evitar querer asomarte y sentir como si volaras mientras te pierdes entre el sonido del mar golpeando con fuerza la costa. ¡Y el de las aves marinas sobrevolándola! ¿Obra de arte? Ninguna como la propia naturaleza en tu viaje a los Acantilados de Moher, ¡de vértigo!
“¡Bienvenidos a la estructura rocosa natural más antigua de Irlanda!”¿Imaginas verlos desde el mar? Navega sus aguas para admirarlos desde una perspectiva distinta entre las oscuras rocas y una mezcla de colores sobre el Atlántico. Una de las cosas que hay que hacer en un viaje a los Acantilados de Moher es subir hasta el mirador de la Torre O’Brien y contemplar una de las mejores panorámicas o disfrutar de un picnic rodeado de un entorno inigualable ¡y de algún que otro frailecillo que te acompañe! ¿Imaginas como serán las puestas de sol en un lugar tan especial? Verás cómo desaparece en la lejanía del océano… ¡pero tú no querrás irte nunca