Imagina visitar una de las ciudades más bonitas del mundo por su esplendor, historia y belleza… y, es que, algo así no se dice porque sí. Viajar a San Petersburgo es respirar su majestuosidad monumental y atravesar sus canales por puentes que dejan un halo de misterio en la que se conoce como La Venecia del norte. Es también capital cultural de Rusia, fruto de inspiración de célebres artistas, poetas y músicos que hicieron de ella una obra de arte aún mayor, como las del Hermitage, ¡Imposible calcular su valor! Allá donde empezó la ciudad se hallan enterrados los zares y una iglesia sangrienta refleja la historia más atroz que contrasta con mosaicos y cúpulas que nacen como si fueran los bulbos de coloridas flores.
“La Venecia Rusa además de puentes y canales tiene una ventana que se abre a Europa”
Porque visitar San Petersburgo es también presumir de elegancia con sus grandiosos palacios, pasear pegado al río Neva durante las noches blancas iluminadas por el sol de medianoche en verano o sentir el aire gélido cuando el hielo cubre sus aguas durante el invierno son experiencias que hay que hacer en San Petersburgo. ¿Te vienes a exprimir todo el encanto de La joya del Báltico?