7 noches de alojamiento

Estás en uno de los pueblos alpinos más bonitos de Suiza. Lo comprobarás en cuanto pises sus calles peatonales, tan perfectas que parecen de cuento, donde solo pueden circular vehículos eléctricos para evitar la contaminación. Para entrar en calor, detente a tomar un chocolate suizo en alguno de sus innumerables cafés. Una delicia.

Esquiar al pie de la montaña más emblemática de Suiza es un planazo, ¿a qué esperas? Si te gustan los descensos extremos, asómate a la mítica pista Nera Cervino, en la pendiente sur del Matterhorn. Es uno de los trazados más empinados de todos los Alpes, una pared de nieve con un 65% de desnivel y 1.200 metros de descenso.

Si el tiempo acompaña y no está muy nublado, acércate hasta el tren cremallera que asciende hasta la cima del Gornergrat (3.315 metros). Ya en lo alto dedica unos minutos a contemplar las vistas majestuosas de los Alpes. ¡No te olvides de llevar la cámara a mano! Con estas imágenes en la retina iniciarás, esquiando, un increíble descenso.

Hasta 21 kilómetros de pistas parten del Theodulgletscher, el glaciar del Plateau Rosa, que se levanta a 3.883 metros de altura, lo que permite que se pueda esquiar incluso en verano. Los itinerarios que transcurren en torno a esta zona discurren entre montañas suizas e italianas, por lo que puedes pasar esquiando entre los dos países.