Seguro que si escuchas Sídney lo primero que se te viene a la cabeza es la Casa de la Ópera de Sídney. Este edificio majestuoso que tiene por techo unas conchas que se funden con la bahía es uno de los lugares que no te puedes perder en tu viaje a Sídney. Porque la visita de este monumento que es Patrimonio Mundial de la Humanidad no solo sorprende por dentro, si te sientas al otro lado de la bahía al atardecer, quedará grabada en tu memoria su silueta dibujada con la caía del sol.
“En Sídney contrastan el bullicio y la intensidad de una gran ciudad con la tranquilidad y la vida del océano”
El Puerto es otro de los lugares que hay que visitar en Sídney. No solo podrás recorrer sus más de 200 kilómetros de costa, también podrás escalar su puente y conseguir una panorámica de la ciudad o explorar las islas vírgenes del puerto y pasar la noche arropado por la bahía. Sin embargo, la mejor forma, y la más original, de conocer Sídney es realizando el Great Coast Walk. Bordeando durante una semana su costa descubrirás los sitios más recónditos y más especiales de la ciudad más grande de Oceanía. Pero no te preocupes, si no te atreves a caminar durante una semana, también podrás tomar y dejar la ruta cuando desees o incluso realizarla en transporte público. ¿Encuentras alguna excusa para no perderte entre el mar, los parques naturales y los monumentos de Sídney?