Cuenta la leyenda que el soberbio semidiós Maui pescó a Nueva Zelanda para quitársela al mar en el siglo XIV. Desde ese momento, pocos han sido los privilegiados de viajar a Nueva Zelanda, un lugar casi desconocido para el turismo. Los nativos, conocidos como kiwis, están muy orgullosos de su país y no querrán que te vayas sin saber por qué.
“Pocos se atreven a viajar a nuestras antípodas, por eso no pararás de oír “Kia ora!” que en maorí significa bienvenidos y buena suerte”
Lo que ya habías visto en los documentales de naturaleza y películas era real. Viajar a Nueva Zelanda es sinónimo de aventurarse en un mundo de mesetas volcánicas donde viven aldeas maoríes, cuevas iluminadas por gusanos, montañas rodeadas de glaciares, fiordos y cascadas, acantilados gigantes perfectos para hacer puenting, tierras de viñedos de uva blanca, ríos de agua turquesa ocultos entre bosques de hayas y playas paradisíacas escondidas entre cuevas que parecen la entrada a otro universo. ¿Verdad que no imaginabas que había tanto que ver al otro lado del planeta?