Capital del Tirol y conocida por su arquitectura imperial y moderna, Innsbruck está situada en una zona privilegiada porque ¡está completamente rodeada por montañas! Por un lado, de los Alpes y por otro de las montañas Tuxer. ¡De ahí su fama como destino de nieve y esquí! Aquí descubrirás sus miles de casitas de colores al pasear por su casco histórico, donde al final de cada calle te sorprenderá alguna montaña asomándose y reclamando su parte de atención. El tejadillo de oro es el símbolo de la ciudad. Más de 2000 tejas únicas de cobre y doradas al fuego que envuelven un balcón, con un valor de ¡1500€ cada una!
“¿Sabías que antiguamente cada casa se pintaba de un color diferente en función de la profesión de su huésped?”
La Iglesia de los Hombres Negros o de la Corte, es uno de los puntos de interés que ver en Innsbruck. Veintiocho estatuas de cobre guardando el monumento fúnebre de Maximiliano I, cada una un miembro de su familia, donde se encuentran ¡hasta los Reyes Católicos y el Rey Arturo! Subir en funicular es casi necesario en tu viaje a Innsbruck, donde alcanzarás una altura de ¡hasta 2250 metros! ¡Ver un trampolín de saltos de esquí y cómo practican este deporte es algo que seguro que no has visto antes! ¡Igual que un cuadro gigante de 360 grados de 1400kg!