En este viaje a Ginebra, el Jet d’Eau, símbolo de la ciudad, es una parada obligatoria. ¡Es un chorro de agua de hasta 140 metros de altura! ¡Seguro que no has visto nada igual! ¡Expulsa más de 500 litros de agua por segundo a una velocidad increíble! El casco antiguo merece la pena recorrerlo a pie, perdiéndose entre sus calles y dejándote sorprender por sus rincones. Tiene muchos puntos de interés dignos de visitar, la Torre Molard es un claro ejemplo. Un reloj decorado con armas relacionadas con la historia de la ciudad.
“¿Sabías que aquí se encuentra el banco más largo del mundo? ¡Mide 120 metros! ¡No tendrás problema para encontrar asiento!”
Hay mucho más que ver en Ginebra, como admirar las gigantescas columnas de la catedral de Ginebra, pasear por Treille, donde podrás ver el árbol que da comienzo oficialmente a la primavera o visitar el parque de los Bastiones, digno de ver por su enorme muro con estatuas de los hombres que trabajaron para la Reforma, y por sus ¡partidas de ajedrez gigantes! Por último, el Jardín Anglais y el Reloj de Flores es digno de recorrer. Es uno de los lugares más fotografiados de Ginebra, ¡y no es para menos! ¡Sus miles de colores se llevan el mérito!